La faya (Myrica faya) es una especie de árbol perteneciente a la familia de las miricáceas. Es un árbol propio de la laurisilva atlántica. Se trata de uno de los árboles del monteverde (bosque húmedo) canario que muestra una mayor valencia ecológica pudiendo encontrarla en las formaciones más secas y en las más expuestas al viento. Es una especie pionera que protege el suelo durante su recuperación hasta que reaparecen especies de mayor porte.
Es un árbol generalmente dioico de altura variable de 3 a 8 m, pero puede alcanzar grandes tamaños, hasta 18 m. Presenta la particularidad de ser, junto con otra faya (M. rivas-martinezii) y con el loro, los únicos árboles subdioicos que existen en la vegetación natural de las Islas. Esto quiere decir que unos son femeninos y otros son masculinos, pero en algunos ejemplares aparecen algunas flores de ambos sexos.
Se distinguen bien por su denso follaje verde oscuro, con hojas pequeñas de 1 a 4 cm. de longitud y 1 a 3 cm de ancho, lanceoladas, de bordes aserrados de forma irregular, que recuerdan a las del roble. Los troncos son algo retorcidos y presentan cortezas muy rugosas. Esto ayuda a reconocerlo.
Las flores son abundantes. Aparecen en invierno y primavera. Las masculinas, apretadas en pequeños racimos alargados, pueden llegar a dar un aspecto amarillento, debido al polen, a las ramas. Las femeninas son menos visibles al estar algo escondidas bajo las hojas, se colocan no tan apretadas como las masculinas. Al madurar se forman unas bayas o frutos negros de aspecto rugoso, globoso y pequeños, de 5 mm de diámetro. Se conocen con el nombre de creces o fitos y pueden comerse, dejando la lengua un poco áspera.
Es un árbol endémico de la región macaronésica muy popular por su abundancia y su aprovechamiento maderero, ramas, etc. Se desarrolla en los ecosistemas de laurisilva canaria y fayal-brezal.
El fayal-brezal se extendía de forma natural, en una estrecha banda en la zona comprendida entre la laurisilva y su transición a los pinares, entre las cotas de 1100 y 1500 msnm, generalmente en el lado norte o umbría de las montañas isleñas. debido a la degradación y deforestación causada por el hombre se ha extendido a costa de la laurisilva. Junto con el brezo arbóreo, es abundante en los bosques, conocidos por Monteverde o fayal-brezal. Este monte se origina por sucesivas talas de la laurisilva, la cual acaba por desaparecer cuando las talas son abusivas, quedando estas dos únicas especies. La faya es más exigente en humedad que el brezo arbóreo. Por esto, se explica que en los bosques mixtos de pinar con fayal-brezal, al ir subiendo en altura desparece antes la faya que el brezo arbóreo.