Si has venido a La Gomera de turismo o tienes pensado hacerlo, y sobre todo si vas a visitar La Gomera con niños, hay ciertas cosas que no deberías perderte.
Nuestra isla te ofrece infinidad de posibilidades. Preciosas playas, vertiginosos barrancos, espectaculares miradores, sorprendentes excursiones… pero además de su imponente geografía y naturaleza, también hay otras curiosidades y tradiciones, que seguro que os encanta conocer, como el lenguaje del Silbo Gomero, o el Salto del Pastor.
El Salto del Pastor forma parte del Patrimonio Cultural de las Islas Canarias y su origen se debe, como otras muchas cosas en La Gomera, a la intrincada orografía de la isla, que para los primeros pobladores resultaba un hándicap a la hora de comunicarse y atravesar sus caminos, en su mayoría llenos de grandes barrancos y acantilados.
Ello propició que los pastores que poblaban la isla por aquel entonces, no tuvieran más remedio que buscar medios y técnicas para desplazarse con el ganado a través de un terreno tan complicado.
La idea que entonces se les ocurrió y que todavía perdura, fue buscar una vara de madera lo suficientemente larga, también llamada astia, y colocarle una punta metálica para poder clavarla en la tierra. Con ello conseguían solventar la dificultad de desplazarse por las escarpadas y rocosas montañas, y lo hacían clavando la punta en un lugar inferior al que estaban y deslizándose por el palo salvando así el desnivel. Esta acción se repetía cuantas veces fuese necesario, hasta llegar a la parte más baja del barranco.
Aunque este salto surgió por una necesidad de desplazarse, como ya decíamos al principio, hoy en día se sigue practicando el Salto del Pastor como deporte, entre los aficionados de la isla.
¿Cómo debe ser el palo o vara?
El palo debe ser de una madera que no haga astillas como el haya, sabina o palo blanco, que esté recto y liso. La mejor madera, es la de haya porque es liviana y además calienta poco la mano.
En la Gomera, las medidas oscilan entre los 2 y 3 metros. Antiguamente, la vara de madera tenía la punta semi-afilada y endurecida a fuego. Hoy en día, se le ha añadido un trozo de acero llamado regatón y en algunas partes de la isla un anillo de piel que cubre 20 centímetros hacia arriba para proteger la madera de los golpes de las piedras.
¿Cómo se salta?
Como explicábamos antes, el saltador coge el palo por la parte más fina y clava la punta en el suelo, deslizándose suavemente hasta éste, en algunos casos, si la distancia del salto es considerable y el palo no alcanza el punto deseado, el pastor se tira y apoya el palo desde el aire, haciendo lo que se conoce como salto al vacío.
Muy importante también es la posición de las manos que deben sujetar la vara con las palmas hacia arriba, sin importar qué mano de las dos quede por encima de la otra, puesto que lo ideal es poder realizar el salto tanto por un lado como por el otro.
La separación entre las manos depende de la técnica de salto que se use.
El Salto del Pastor es pues una tradición que actualmente se sigue manteniendo viva en nuestra isla. En diversos lugares de Canarias se realizan encuentros y exhibiciones de saltadores, incluso si eres de los más intrépidos y atrevidos, existen cursos impartidos por monitores de las islas donde puedes practicar y conocer de primera mano esta tradicional práctica.