Siempre es un buen momento para proporcionar a tu organismo un poco más de mimo e hidratación. Si este verano te has excedido, el melón puede convertirse en un buen aliado para luchar contra los radicales libres, hidratar tu cuerpo o perder esos kilitos de más.
Esta gran fruta, de la que no se sabe a ciencia cierta su origen, pertenece al grupo de los “gigantes vegetales” junto a la sandía, la calabaza y los calabacines y crece en suelos arenosos con bastante riego, siendo España el principal productor europeo.
En el mercado, podemos encontrar distintos tipos de melón según las características de la corteza (lisa, estriada o reticulada), el color de la pulpa (blanca, amarilla, anaranjada o verdosa) o la forma (ovalada, esférica, aovada). Así pues, en las fruterías disponemos de un amplio abanico donde elegir, según los gustos particulares de cada uno : Amarillo Canario o Amarillo Oro, los melones verdes españoles (Rochet, Piel de Sapo y Tendral), melón Cantaloup, melón Galia, melón Charentais, etc…
Esta maravillosa fruta, además de su refrescante y dulce sabor, contiene numerosos nutrientes y vitaminas esenciales para nuestro organismo: vitamina A, C, B1, B2, B6, potasio, magnesio, calcio, hierro, beta-carotenos, antioxidantes, ácido nicotínico, ácido pantoténico...Sus propiedades reportan numerosos beneficiosos para nuestros huesos y dientes, glóbulos rojos, sistema inmunológico, vista, piel, cabello, sistema nervioso y además es ligeramente laxante.
El melón, es aconsejable para todas las edades y al ser casi todo agua (90%), es bajo en calorías (100 gramos aportan sólo 35 calorías), nos sacia, hidrata y nos ayuda a eliminar toxinas a través de la orina.
Ya conocemos sus propiedades, pero ¿sabemos elegir un buen melón?
La mayoría de nosotros no sabemos interpretar las señales que nos brinda la madre naturaleza y hemos tenido que abrir el melón para saber si está tan bueno por dentro como parecía por fuera.
Para elegir bien un melón antes de abrirlo, los expertos nos aconsejan fijarnos en una serie de características:
- No debe sonar a hueco, debe ser macizo, lo que indica que tiene una pulpa firme.
- Color: los tonos cobrizos indican que tiene un alto porcentaje de azúcar.
- Rayitas: indican que la fruta está en su punto, cuantas más rayitas tenga, el melón estará mejor.
- Tamaño y peso: es más importante el peso que su tamaño. Un melón grande que pese poco no nos servirá. Es preferible pequeño pero que pese como una piedra.
Si tras estos consejos, ya tienes sobre tu mesa el melón perfecto, debes abrirlo media hora antes de comerlo, para que respire, con ello conseguirás que el azúcar se distribuya por todo el melón, al oxidarse y se volatizarán aromas de pepino.
En los restaurantes de nuestro hotel podrás disfrutar de un melón perfecto, dulce y saludable, cultivado en nuestro huerto, sin pesticidas ni químicos, siguiendo los principios de la agricultura orgánica.