La historia de La Gomera podría contarse a través de cuentos y leyendas, de décimas y de coplas…una tradición oral que ha permitido fijar en la memoria sucesos de distinta naturaleza.
La Gomera, es una isla repleta de sorpresas, donde los relatos sobre brujas y hechiceras, extrañas luces o apariciones… forman parte de la tradición popular.
En el Siglo XVIII, aún existían comunidades en La Gomera, que apenas habían tenido contacto con los "europeos" y continuaban practicando ritos ancestrales en muchos claros de bosque, considerados como lugares sagrados. La práctica de estos rituales, llevaron a que la religión cristiana rebautizara muchos lugares sagrados de los antiguos gomeros como bailaderos (lugares donde se reúnen las brujas para realizar sus rituales). Uno de estos lugares, la Laguna Grande, se encuentra en un claro del bosque del Parque Nacional de Garajonay, una zona recreativa de día…y misteriosa al caer la noche. Un llano, donde según los relatos, las brujas se reunían en torno a un círculo de 15 piedras para realizar rituales y conjuros.
Uno de esos relatos, cuenta que un pastor que buscaba pasto verde para su ganado, se entretuvo demasiado y la oscuridad le sorprendió en la Laguna Grande. Aunque era una noche de luna llena, decidió no regresar a su casa por el peligroso sendero que conducía hasta ella.
El cansancio hizo que se durmiera rápidamente junto a un brezo, sin embargo a media noche se despertó. La luz de la luna inundaba el claro del bosque y de todos lados se oían risas, cuchicheos… de la espesura del bosque salieron decenas de mujeres que se dirigieron hacia el centro del calvero. Estas mujeres con el cabello suelto y desgreñado, comenzaron a invocar al diablo, bailando descalzas al ritmo de un tambor y chácaras, mientras se desnudaban. Bailaban en parejas enfrentadas y en el centro del círculo se encontraba una mujer muy joven.
De repente, una nube negra ocultó la luna por unos instantes, el silencio se apoderó del lugar mientras la bruja joven, tirándose de los pelos gritaba invocando al diablo, en ese momento un rayo se precipitó hacia el centro del círculo carbonizando a la joven bruja. Una lechuza posada sobre una haya cayó también fulminada mientras un remolino de viento gélido llegó al centro del círculo elevando las cenizas de la bruja y las convirtió en un ser sobrenatural de cuerpo velludo y patas de cabra, mitad hombre, mitad animal.
Las brujas se acercaron a la bestia que les hablaba y ellas reían sin parar. Habían transcurrido ya varias horas cuando de nuevo la luna fue velada por la nube, el bosque se oscureció y el pastor tras mirar el cielo dirigió su mirada al centro del calvero…que ahora estaba desierto. A las primeras luces del alba el pastor se puso en pie para dirigirse a su casa pensando que todo lo acontecido había sido un mal sueño, pero a pocos pasos de donde había dormido y en mitad del camino se encontró el cuerpo sin vida de una lechuza…
Si vas a hacer senderismo por el Parque Nacional de Garajonay, cuídate de regresar antes de que caiga la noche en la Laguna Grande.