Bosques milenarios y senderos cubiertos de bruma dan lugar a infinidad de historias y leyendas que han dejado poso en las raíces de nuestra isla. Historias de brujas, amores imposibles, tragedias o viejos ritos olvidados que durante siglos han estado en boca de los gomeros y que se han transmitido de generación en generación mostrando una vez más el lado mágico de La Gomera.
Quizás una de las leyendas más conocidas sea la de Gara y Jonay. Dos jóvenes enamorados protagonistas de un amor prohibido que deciden huir. En su huida y acorralados por los suyos, se quitan la vida en el pico más alto de La Gomera dando nombre a lo que ahora es el corazón natural de la isla, el Parque Nacional de Garajonay.
El amor terminado en tragedia es el protagonista de muchas otras leyendas como la de los amantes petrificados o la historia de Iballa. En la primera, otro amor imposible da lugar a que los enamorados decidan permanecer petrificados antes que renunciar a su pasión y que, según se ha contado desde hace siglos, se pueden ver representados en los gigantes de piedra del Monumento Natural de Los Roques. En la segunda, se narra la historia de uno de los episodios más sobresalientes de la conquista de La Gomera y pasa por la heroica resistencia de un pueblo y un amor apasionado. Es la historia de Hernán Peraza, casado con la señora de la isla y muy enamorado de la bella indígena Iballa, que vivía con su madre en la cueva de Guahedún. Para los gomeros, la entrega amorosa de la joven al señor de La Gomera suponía una ofensa por lo que deciden acabar con él y su gobierno. En una de las visitas del señor a la cueva de Iballa, los isleños dan muerte a Peraza y cantan su victoria llevando la noticia por toda la isla a través de los silbos. Lo que no sabían era la durísima represalia que la esposa del desdichado infligiría sobre la población, que quedó diezmada, bien por muerte o bien por esclavitud.
El poder de la naturaleza también deja su huella en las leyendas de La Gomera, en este caso es el agua la que muestra sus artes mágicas. Se cuenta que el que visita los Chorros de Epina puede cumplir sus deseos al beber de la fuente de los siete caños sin respirar. Si el que lo hace quiere casarse, debe beber de los caños pares si es mujer y de los impares si es hombre. También se dice que si alguna mujer quiere convertirse en bruja, lo conseguirá bebiendo de los caños de los hombres.
A través de la pureza del agua de este manantial, dice también la leyenda que se pueden conocer otros presagios amorosos. Si el agua se muestra clara y tranquila para el que la observa, le espera suerte en el amor, pero si por el contrario se muestra turbia, sólo puede esperar la condena de una vida de amores no correspondidos.
¿Quieres conocer estas y otras historias mágicas que encierra nuestra isla? Te estaremos esperando para contártelas.