¿Sabías que los animales de las Islas Canarias desempeñaron un papel muy importante en la primera “colonización” castellana en América? De La Gomera partieron los primeros animales del Viejo Mundo que llegarían a las nuevas tierras descubiertas.
El puerto de San Sebastián de la Gomera, sirvió, entre 1493 y 1498, como base de avituallamiento para tratar de paliar el hambre y miseria en la primera ciudad fundada en el Nuevo Mundo: villa de la Isabela, en la isla de La Española (actual República Dominicana).
Cristóbal Colón llegaba a lamentar en una carta enviada a los Reyes Católicos en 1495 el frío que hacía en La Española en invierno y que no hubiera “lana de oveja”.
Imagen de nuestro huerto ecológico con plantas de La Gomera
Así pues, en los primeros viajes de Colón y en los de otros conquistadores, las islas generaron una aportación constante de animales, plantas, agua y alimentos.
Cuando Cristóbal Colón llegó a América en el año de 1492, descubrió también que no existían en aquellas tierras animales de tiro o “de granja” como: vacas, bueyes, caballos, ovejas, cerdos, gallinas tan importantes para la alimentación de los europeos…por tanto en su segundo viaje en 1493, con el objeto de paliar esa escasez de recursos, adquirió en La Gomera plantas y animales para su reproducción en América.
Todos los animales y plantas que habían sido introducidos anteriormente en Canarias con la conquista española: cabras, ovejas, cerdos, vacas, gallinas…árboles frutales, hortalizas de la Europa continental…comenzaron su segunda migración.
El llamado cerdo salvaje americano que vive en las llanuras del sur de Estados Unidos es descendiente del porcino de La Gomera, que Colón llevó en sus viajes y que se introdujo en América del Norte hacia 1530.
De los estudios zoológicos realizados para comparar las especies autóctonas canarias con las que actualmente existen en América se demuestra esa relación, confirmados mediante análisis del ADN mitocondrial, como en el caso de la cabra y el cerdo.
Gracias a su bondadoso clima subtropical, las Islas Canarias fueron utilizadas conscientemente como "laboratorio viviente”, convirtiéndose en punto de adaptación y abastecimiento intermedio de animales y plantas entre la Europa continental “de las cuatro estaciones” y la América tropical.
Colón, por supuesto no fue ajeno a las similitudes de ambos climas y llevó plantas y animales desde La Gomera, porque según él, era la isla que más se parecía a las antillanas y deducía que estas especies se iban a aclimatar perfectamente…y no se equivocó.